En el mundo de la gestión de la Diversidad e Inclusión, hay un tema fundamental que por lo general pasa desapercibido: los sesgos inconscientes. Se trata de prejuicios automáticos y no conscientes que todas las personas poseen y que pueden influir en nuestras decisiones de forma inadvertida, impactando en las organizaciones en diversas situaciones. Aunque estos sesgos son naturales, es fundamental comprender cómo pueden afectar a las organizaciones y a la toma de decisiones justas e inclusivas.
De qué hablamos cuando hablamos de sesgos
El cerebro humano procesa millones de bits de información cada segundo, y para hacerlo de manera más eficiente, desarrolla atajos mentales llamados heurísticas. Estas heurísticas nos permiten tomar decisiones rápidas basadas en la experiencia, aunque también pueden conducir a la formación de estereotipos y prejuicios inconscientes.
Estos sesgos inconscientes pueden tener un impacto significativo en nuestras interacciones diarias y, en última instancia, en el comportamiento de las organizaciones. Pueden afectar la forma en que seleccionamos personal, promovemos y evaluamos al equipo, definimos planes de sucesión, entre otras. Además, pueden influir en la asignación de tareas, en la distribución de oportunidades de desarrollo y en la creación de equipos de trabajo diversos.
Un ejemplo común de sesgo inconsciente es el sesgo de afinidad, que lleva a las personas a preferir y favorecer a aquellos que se parecen a ellas en términos de género, edad o antecedentes culturales. Este sesgo puede perpetuar la homogeneidad en las organizaciones y limitar la diversidad y la inclusión.
Ideas para desafiar nuestros propios sesgos
En su libro «Blindspot: Hidden Biases of Good People». Mahzarin R. Banaji y Anthony G. Greenwald proporcionan información valiosa sobre cómo estos sesgos pueden influir en nuestras percepciones y acciones, incluso cuando creemos ser personas justas y equitativas
El libro nos provee de unas tres primeras lecciones clave, para identificar y analizar dichos sesgos:
- Reconocimiento de la existencia de sesgos inconscientes: A menudo, estos prejuicios automáticos contradicen nuestras creencias conscientes y pueden influir en nuestras decisiones y comportamientos sin que nos demos cuenta. Al ser conscientes de su existencia, podemos trabajar para minimizar su impacto negativo.
- Autoexploración y autorreflexión: A través de la autoexploración y la autorreflexión, podemos identificar y desafiar nuestros propios estereotipos y prejuicios inconscientes. Este proceso nos permite crecer y desarrollar una mayor comprensión y empatía hacia los demás.
- Estrategias para contrarrestar los sesgos inconscientes: Estas estrategias incluyen la adopción de perspectivas diversas, el establecimiento de normas equitativas y transparentes, la implementación de evaluaciones basadas en evidencias y la promoción de una cultura de inclusión y apertura al diálogo.
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